Pepa Mach

mamipaulabaja
Yo, vista por otros.

Al ver por primera vez la obra de Pepa Mach parece que se haya convivido con ella durante largo tiempo, que se trate de un reencuentro tras la ausencia y se siente la necesidad de recuperar sus cuadros para aquella pared que los esperaba. De sosegada transparencia a pesar de sus colores vivos y llamativos, su obra transporta a un oasis de placidez y sosiego, de recuerdos y sueños.

Imágenes que evocan situaciones cotidianas en un estilo muy personal para el que Pepa Mach utiliza la pintura acrílica sobre tela y que sorprenden por su cotidianidad, por la sensación de haber sido arrancadas de escenas vividas y por su descarada vocación de ser pinturas para compartir. En este sentido, la autora cuenta que sus propuestas no tienen inclinaciones misóginas, solitarias, que nacen con la vocación de ser vistas y de verse envueltas por la propia vida que transmiten.

Buena conocedora del lenguaje de los materiales y de la plasticidad de las imágenes, proviene del ámbito del diseño gráfico, Pepa Mach incorpora diversas técnicas en una misma obra. Partiendo del collage utiliza técnicas cubistas, figurativistas, conceptuales o impresionistas para transmitir una emoción. Trozos de papel o de tela, imágenes de ángeles bucólicos e infantiles, retales de manteles de papel, objetos diversos, en definitiva, le sirven de pretexto para contar una historia, usando el marco como viñeta para un guión en que cada cual debe componer el final.

Alrededor del motivo central los colores son vivos y fuertes y los trazos como ondas de un mar en verano, con límites claros e inconfundibles que multiplican la fuerza de cada pincelada. El formato de sus obras es asequible, lejano de exageradas grandilocuencias y coherente con el concepto global de cada uno de los cuadros. En definitiva, Pepa Mach nos invita a recuperar imágenes y objetos que forman parte de una historia concreta, de un sentimiento, y rodearlos de luz para que recobren su propia energía